viernes, 18 de abril de 2008

Horcajo


La luna

Claraoscura metáfora de lo incierto mira

Apaga los escombros de esta vida servil

El pueblo juega a no padecer la inmundicia

Bella melodía diáfana que padece


Lo incierto

Fiel costumbre de caminar entre los andamios


Aturdidos

Profesiones que llaman

Los incendios son poco factibles de ser abarcados


El diario

Un papel infausto

Melancólico, pobre

Ese que ya largó su edema por la boca

Discurso mezcla de fantoche y estofado seco

La mentira aquí es la única verdad


Ese

Charla por teléfono con el hablaescribe de la gobernación

Alienación en las tormentas de su nube

Escribe lo que le dictan

Las consciencias son lombrices secas

Yo me someto a tres sesiones de Charly


No

Digna palabra de insigne supervivencia

Columna vertebral de lo apocalíptico

Todos ríen en el cuadrilátero de la desidia


Nadie

Sabe más de lo que le dan

Y ese dislocado discurso

Agnóstico y servicial a la mierda

Come sus vísceras

Sin que nadie

Ni yo

Un don nada

Imagine el asidero

De rasgar la porquería

Tan cerca

Tan fetiche


No he dormido por más que todo sea una playa irreal, la que nos muestran desde ayer. Empiezo a acelerar el disparador de música. Sacudo la realidad. Calculo sofismas. Sucumbo a mi falta de ideas. Nada puedo decir ante este espejo que se queja de lo que no parece, de lo que ni siquiera es. No. Dejad que los ambiguos no lo sepan. He roto cadenas. He marchado a lo profundo. He parido la soledad quieta.

Nadie habló hoy. Los huecos del sonido, sin nada, son las melodías que disfrazan la costumbre. Por eso, alguien abrió el ojo en medio de la tormenta de letras. Y no supo, ni algún infeliz entendió, quién carajo dijo: “A este no se lo toca”.

Lo bueno lo malo, todo en la misma incursión se mezclan en mi boca de fuego. Ya poco calculo mi pasado y resigno el presente. Casi nadie prefiere el futuro. Me estoy pegando duro, siempre.

El comehígado de la habitación de la SIDE, ese que nadie conoce que vigila, vendrá algún día por el amanecer. Pero el fantoche va a trepidar. Y si la boca se ha brindao es para que el látigo se le asimile.

El desafío es siempre.



El área esta llena de lombrices vagas

La mirada es repulsiva

Mi embriaguez obnubila el instante

No le temo demasiado al vacío

El día le dio fuerte al que no debía

Y ahora el juez tendrá que dictaminar

Si los honores se buscan

Si el karma no es más que la nada

Un arriesgo al ostracismo

Una manera vil

De perderse en la realidad condicionada


Allá, uno se llena de oro

Consume tripas

Esquiva el aporte

No deja opción

Amordazado vive

Como los que nunca quisieron

Jugar en las lides donde se mete hasta el alma

Y el espejo, solitario

Invita a desaparecer del estigma

De lo que ya no tengo

En calidad de infrahumano


Podrán pasar las calles

Serán indignos de la cúspide

Rendidos a la basura quedarán

Hambrientos sedientos de lo imposible

Y sus caras en la pared mas nos puede aborrecer

Sienes desechas por vivir en el imaginario

Porque la verdad no se soporta

Y ese aire que consumo

Es el sopor de no intentarlo

La anestesia despiadada


Los pasos están tras lo impuro lo arrogante

Las páginas, una vez más, se llenan de vacío

Uno escribe sobre política en un rincón

Dos cruzan mates para matar la verdad

El teléfono suena y retumba

Hay una oportunidad que apabulla

Hay una clase magistral de misantropía

Alguien camina por las veredas

La sutil forma de decir no quiero


Hoy o mañana

Cuando ya nada quede de este día

Otros sabrán en su letrina

El resultado de la coima

Entonces, la mentira

Única verdad válida y promulgada

Caerá detrás de ese telón repugnante

Sin que nadie sepa

Sin que se den cuenta de la nueva orgía apolítica

De lo que trepidó el estado de shock

Nadie

Ni yo

Tal vez pueda

Conocer el fondo y la estirpe

De ese último grito

De la mala jugada

De ese loco que dijo

Las estrellas nunca

Y el sol no podrá tapar

Lo que la luna sabe

Y hoy esconde


De contra-mano por la Libertador, obviando el boulevar, pasó un agnóstico abriéndose paso entre caras adustas y vagas, difíciles de reconocer. Nunca entendió que la llave de la felicidad no existe tan sólo en su mente. Porque no se puede llegar nunca al punto extremo de creer en la nada. Y un existencialista dejó de preguntarse por la razón de su arrojo al túnel. Los cobardes comen tras la puerta. El hablaescribe de la gobernación no deja ni un minuto librado al azar. Y los canillitas difaman a la verdad cual clarín que no sabe lo que le espera mañana. El médico le dijo al coronel esta mañana que es difícil leer entre líneas lo que deja traslucir la censura. Y el coronel nunca tuvo quien le escriba, o el coronel nunca supo leer.....



PABLO ZAMA.



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