jueves, 10 de abril de 2008

Despertar



Se paró frente al mostrador, prendió una pluma, fumó crítica, pidió el Diario El Mudo. No leyó nada, pues nada era lo que debía leer el ciudadano de Presidio Oeste. Siguió intentando pensar encima del periódico y casi llegaba a gemir de dolor de cerebro. Salió, como todos los días, flotando entre sueños, pues la realidad si en ciertos momentos no se evade, la perplejidad deviene en misantropía. Y ahí estaba ahora, sentado sobre la cama, intentando entender el editorial..... que no hablaba de nada. Todo estaba prohibido en Presidio, hasta confrontar ideas, ya que se habían apagado los pensamientos que eran a gusto y paladar del oficialismo. Algunos, la minoría, pensaban pero no decían demasiado por miedo. El hombre visceral estaba atento a la superficie, cuando unas palabras duales cayeron de la boca del gobernador: "Lo mejor que tiene la democracia es que el pueblo pueda votar". Tiró entonces las hojas, convertidas en una esfera minúscula, frente al televisor. Siguió atento, algo se había encendido en él, y comenzó a comprender que la libertad era realizable en él mismo. Recordó también, casi sin querer, que la ética no es coercitiva, que cada uno tiene la libertad de actuar como cree correcto, siempre regido por los límites que impone el sentido común. Entendió que a un nivel jurídico sus ideas debían ser respetadas. Promovió el debate, los puntos de vistas eran diversos. Llegó nuevamente al bar y frente al mostrador, volvió a fumar, mientras la pluma llenaba las hojas del Diario El Mudo: "No debo creer en los sofistas que por radio dicen que hay que criticar lo que corresponda según la línea que baje el oficialismo. Sé que ser decente es también sacarle la máscara a quienes le mienten a la gente. Y también entiendo que en todo momento debo exponer mi propia visión de la realidad”.

Eran ya las dos de la mañana posterior a un día agotador en Presidio Oeste, y el hombre del bar había dejado de ser visceral.....


PABLO ZAMA
.



Lectura recomendada por alguien que no sabe casi nada, pero que vive en estado de sorpresa permanente (Zama):


1984 (de George Orwell), un libro que me partió la cabeza en el 2005.

La Wikipedia dice: "1984 (en inglés Nineteen Eighty-Four) es el título de una novela de política ficción distópica escrita por George Orwell en 1948 y editada en 1949. En la novela el estado omnipresente obliga a cumplir las leyes y normas a los miembros del partido totalitario mediante el adoctrinamiento, la propaganda, el miedo y el castigo despiadado. Esta ficción introdujo los conceptos del siempre presente y vigilante Gran Hermano, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico —lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.
Muchos comentaristas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad Orwelliana. El término Orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la obra. La novela fue un éxito en términos de ventas y se convertió en uno de los más influyentes libros del siglo XX.

Se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las antiutopías de principios del siglo XX (o la también llamada ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932 Un mundo feliz (A brave new world en inglés), de Aldous Huxley; y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Algunos consideran a esta novela un plagio de la obra Nosotros escrita por Evgeny Zamiatin en 1921 aunque Orwell reconoció su influencia en su propia ficción".


No hay comentarios: