martes, 29 de julio de 2008

Sinrostro



En el piso derruido por el paso de los días, el frío y los avatares de la miseria; en ese piso impune se ve su reflejo. Despeinado, huraño, espejo de una minoría. Algo, en esa polvareda, sin embargo, se levanta.



la música es corrupta

falla la melodía cuando

al mandamás le conviene

y hay un lugar

en medio de la soledad

en donde

el frío

no se nota



El recorrido es siniestro, aunque el acostumbramiento hace que la pérdida de la dignidad no lacere más, por lo menos en la superficie. A las 4 AM una campera rota va sobre sus hombros. La basura en el mismo baldío es distinta. El carro se empieza a llenar. Los perros de todos los días son el escollo habitual y los viejos cirujas, sus amigos en la desidia.



ya no hay tiempo para el miedo

en las vías

con la masacre de su futuro

va una estampita

un recuerdo nefasto

de cuando pensaba

en que la humanidad era humana

un auxilio apócrifo



Hay frío. Hay bronca acumulada. Tiembla un cuerpo en una esquina. El mundo se le ha vuelto visceral. Los cartones le pesan en la mirada. Está despeinado, sucio, vacío, pero es lícito para él despojarse de sí mismo, porque nadie lo ve. Y es desde que se considera sólo un número, cuando decidió borrar su risa, que ya no llama a su pasado. Al menos imita un disfraz social cuando sonríe sin querer hacerlo al momento en que los demás le sonríen sin querer hacerlo.



en el juego

los protagonistas son otros

y el resentimiento lo escupe

en medio de la noche

entre las basuras

estigmas de lo que aprendió

la soledad insana

el juego de su vida



Desde la vidriera, del lado de los sinrostro, ve pasar cada capítulo, ajeno a la situación. Detrás de los cristales la perspectiva es extraña. Pero, después, el paso efímero de las fugaces instantáneas somete otra vez el futuro. Despierta a las 4 AM y maldice ese despertar. Sale a la calle con la campera rota que lleva sobre sus hombros. Y mira con desprecio a los hombres de un mejor vivir. Pero no llora.



tiene una marca, un sello

como la espina

que se le clava en el alma

de ser un número menos

después de aquella terrible tarde

mientras el paso del tiempo

se torna irremisible

porque desprecia al sol

cuando se acuerda

de la violación a los dos años



No lee los diarios, que no hablan de los sinrostro, en esas líneas que se hacen llamar periodísticas. Frecuenta la oscuridad. El escruche como pasatiempo hace que se accione la adrenalina en la noche. Su ídolo es Messi, aunque los días le gatillen que no tiene ni para ir a la cancha de San Martín. Sube al colectivo sin pagar, conversa con el chofer y aprende a ser mirado como una nada. Le temen. Se baja en cualquier esquina y prende un paco para olvidarse de él mismo y de los sinrostro que lo acompañan en esa aventura.



alguna vez hubo sueños

algún día creyó ser libre

pero otra vez el murallón de la realidad

después de despertar de la hipnosis

lo espantó hacia el baldío

lo arrojó en el día a día

al mismo tiempo que

encendió otro fósforo

y volvió a soñar



Los zapatos desgastados cavilan por la cornisa. Pero sigue, como puede, caminando en una vida paralela, la que pudo haber sido, la de otros, esa que ahora desprecia. Se levantó a las 4 AM. Está despierto todavía, aunque prefiera la hipnosis permanente. El síndrome de abstinencia no dura nada, porque lo disipa, y el cadáver de otro porro cae sobre el piso derruido que es reflejo de su existencia. En la plaza hay papeles, folletos que hablan de las próximas elecciones. Entonces se alegra, porque volverá a sentir ese gustito fugaz de la dádiva. Le grita a una mina que va hacia la facultad. Saluda al policía que le muestra la sonrisa cómplice de los que han gastado las suelas caminando la calle. Grita en medio de la peatonal. Y se toma a las piñas con otro de los sinrostro, para decir: “Aquí estoy, todavía”.



Pablo Zama


4 comentarios:

Anónimo dijo...

mi hermano del alma que lindo que escribe sin duda que Dios usa su pulso para manejar la lapicera o las teclas de la cpu.... quiero que sepa que estoy orgulloso de ud y que espero su comentario o critica al eslabon 226... si?... un abrazo grande y me gusto esto ultimo!!! aplausos multiples!!! sergio ruarte aguirre circulista

Pablo Zama dijo...

Hola Sergio!! Muchas gracias. Te cuento que cada vez que escribo no soy yo el que escribe y eso le debe pasar a la mayoría de las personas que viajan con las letras a otro lugar cada vez que expulsan su catarsis en un papel. Se me hace muy difícil escribir sobre lo vivido en el 226, lo he intentado, pero no puedo, esa experiencia supera todo y todavía no puedo escribir sobre eso, pero lo voy a seguir intentando. Un abrazo enorme y.....

En cadena!!!!

Zama (circulista del eslabón 226).

Anónimo dijo...

e xelente lo suyo zama. estoy seguro sos un gran profesional y junto con mucho trabajo te va a ir jolla
.. grande zama un abrazo a la distancia..noz vemoz pronto je .enzo

Pablo Zama dijo...

Hola Enzo!! Un abrazo hermano!! En pocos días nos vemos en San Juan!! En cadena!!...


Zama.