“Sudamérica es una esperanza para el mundo”
El presidente boliviano cautivó con su carisma a unas tres mil personas, al recibir el doctorado Honoris Causa de dos universidades en San Juan, en la 39° Cumbre del Mercosur.
“Cuando escucho “olé, olé, olé” siento que es Boca o River el que está por jugar”. Ni bien se paró enfrente del micrófono que lo esperaba ansioso, como todo el auditorio que coreaba su nombre, Juan Evo Morales Ayma, el primer presidente nativo de los pueblos originarios de Bolivia, rompió el hielo, se sacó los nervios (cuchicheando, unos minutos antes le había confesado a Alicia Kirchner que estaba tan nervioso como cuando a los 21 años no se animaba a sacar a una chica a bailar y “tenía que tomar cerveza para hacerlo”). El escenario es el Auditorio Juan Victoria, en la provincia de San Juan, en el inicio de la 39° Cumbre del Mercosur. Evo está nervioso, pero empieza a recorrer, sin texto escrito, una clase magistral que durará más de 45 minutos. Evo recibe el Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo, de Mendoza, y de la Universidad Nacional de San Juan. “Sudamérica es una esperanza, no sólo para Latinoamérica, sino para el mundo entero”, lanza el primer mandatario. Después argumenta: “La integración de Sudamérica y Latinoamérica es nuestra obligación”.
Conflictos
Evo Morales se acordó de las primeras veces en las que los países de Sudamérica se reunieron. “A mi entender, (Néstor) Kirchner es el primer mandatario de Sudamérica”, tira el presidente boliviano. Después hace, elípticamente, alusión a algunos problemas que a veces surgen entre los países americanos (justo en medio de un clima tenso entre Venezuela y Colombia): “Aparecen problemas del orden bilateral”. Y hace hincapié en que no hay que permitir que ningún extranjero ingrese en “territorio nacional”. “Estados Unidos, mediante la embajada, impone condiciones, chantaje. Sólo no hay golpe en Estados Unidos porque ahí no hay embajador de Estados Unidos”. Risa cómplice de todo el auditorio. Pero Evo no le baja el tono sarcástico a su conferencia: “Estados Unidos me trata de Bin Laden andino”.
Aceptación popular
El presidente de Bolivia continúa, ante un público que lo sigue mudo. Su gobierno como medalla de honor ineludible sale una vez más, y muestra sus pergaminos: el superávit fiscal conseguido en los últimos tiempos; “es la primera vez que no hay impuestazo, ni gasolinazo, pero sí superávit fiscal”. “A veces escucho al Fondo Monetario Internacional hablar bien de mis decisiones políticas. Yo me asusto”. Otra vez, las risas, los aplausos. Se jacta: “El año pasado hemos sido ratificados con el 54 por ciento de los votos. Nunca hubo un gobierno que gane con más del 50 por ciento”. Evo, además, asegura: “Antes nos quedábamos sin harina, sin trigo y teníamos que depender de Estados Unidos. Ahora tenemos el cien por ciento de producción de trigo”.
En el Día del Aborigen, el presidente de Bolivia mantuvo cautivo de su carisma y sus afirmaciones militantes de Latinoamérica a cerca de tres mil personas (dos mil en el auditorio, y unas mil en el foyer contiguo siguiendo la conferencia en pantalla). “Nunca en mi vida olvidaré esto”, cerró Evo Morales, después de dejar sellado que los políticos no son funcionarios sino “servidores públicos”. La gente aplaudió de pie. No se cansó de corear su nombre, como en un Boca-River.
Pablo Zama.
(Texto publicado en El Diario de la República, de San Luis).