sábado, 18 de julio de 2009

Deja de presidir la Comisión de Minería del Senado:



¿Qué se esconde detrás de la renuncia de César Gioja?


Pérdida de poder K. Impacto negativo a nivel nacional, tras los cuestionamientos, de la política minera provincial. Marcha atrás, y ahora críticas, respecto al veto presidencial a la ley de glaciares. Replanteos inesperados en materia de regalías y retenciones a Barrick. Golpe de timón camino al 2011: el deseo oficialista de que José Luis sea presidente y César, gobernador.



La noticia, salida de la boca de su propio protagonista, caía con sorpresa el martes 7 de julio: “Ya hablé con el presidente del bloque –del FPV en el Senado, Miguel Pichetto- y acordamos mi reemplazo como presidente de la Comisión de Minería, Energía y Combustibles, cuando termine el período el 10 de diciembre”. César Gioja anunciaba así, en conferencia de prensa, que deja su cargo tan cuestionado en el Senado de la Nación. El hermano del Gobernador también es señalado como supuesto proveedor de la minera canadiense Barrick Gold Corporation a través de la empresa de la cuál es propietario: Bentonitas Santa Gema SA. Por esa razón, sus detractores hablan de un probable negocio personal del senador con la multinacional. Y subrayan esa incompatibilidad con el cargo de presidente de la comisión que se encarga de elaborar proyectos de ley para regular el sector minero desde la Cámara alta del Congreso de la Nación. Las palabras que precedieron y que prepararon el terreno para su posterior afirmación fueron contundentes: "Es una decisión tomada, no hay marcha atrás”. Ahí nomás, quienes siempre fueron críticos frente al supuesto doble rol de César Ambrosio Gioja en relación a la actividad económica preponderante en la actualidad de la provincia levantaron su escepticismo sobre la decisión del aspirante a la gobernación en el 2011 (confirmó sus intenciones de suceder a su hermano en el ejecutivo provincial).

El senador del Frente para la Victoria desempeña la función de presidente de la Comisión de Minería desde que fue electo en ese cuerpo legislativo en el 2005, mientras que en mayo de este año había sido ratificado en esa función por los miembros de la Cámara alta con los votos de la mayoría de los integrantes del FPV. Sin embargo, dos meses después, y tras las últimas elecciones legislativas, el senador nacional decidió dar un paso al costado. Respecto a la decisión, hay quienes ya argumentan que César Gioja de todos modos no tendría el 10 de diciembre, cuando se renueve el Congreso, el mismo apoyo que tuvo hasta Mayo y por eso –especulan algunos opositores- no podría continuar, por más que quisiese, al frente de esa comisión.

Distinto contexto

Sin dudas que el escenario que dejaron las elecciones legislativas nacionales, después de la barrida que sufrió el poder de los Kirchner en el país y la pérdida de una diputación nacional (que demarca una caída en el electorado) por parte de la hegemonía giojista, declinó en decisiones que empiezan a vislumbrarse, por ahora tenuemente, pero con la búsqueda firme de algún impacto político a largo plazo (2011), desde el oficialismo local.

El quiebre político que se produjo a partir del 28 de junio en el país tuvo acciones que refractan decisiones precedentes del poder político nacional. Porque la idiosincrasia política adoptada como sello propio del kirchnerismo desde su gestación en Santa Cruz tuvo que volver sobre sus pasos, cambiar de dirección y, por primera vez, abrirse al diálogo. Y en este contexto crepuscular, en el que algunos de los opositores al gobierno nacional no aceptan ahora el diálogo que antes pedían y les fue frustrado (matiz esquizofrénico últimamente acostumbrado en la política partidaria), también están los caudillos provinciales que ahora intentan despegarse de los “leprosos”, cuando antes fueron parte de la esfera de influencias íntimas que circulaba en torno a los Kirchner.

Se arrepiente del veto

Dado este contexto inmediato, no es nada descabellado pensar que ahora el giojismo intente hacer uso de su instinto de preservación política y se incline por despegarse de eso que parece ser la muerte anunciada de un kirchnerismo en decadencia. Visos para desenmarañar este escenario no faltan, y ahí se encuentra, al parecer en primera fila de las decisiones, el anuncio de César Gioja el pasado 7 de julio. Pero ese no es el único síntoma de este incipiente alejamiento en el discurso político de los Gioja con los Kirchner. El encargado, al parecer, de estar en la línea de ataque de ese pelotón de sutil enfrentamiento ideológico hacia el poder central, el propio César Ambrosio, fue quien el sábado 11 de julio en Radio Colón tiró una frase no menos sorprendente que su renuncia a la presidencia de la comisión que integra en el Senado sino que, más aún, reviste un mayor impacto: "Creo que fue un error el veto presidencial -de la ley de glaciares- y yo asumo el error. Yo no estuve en el momento de la votación, pero voté a favor el dictamen de comisión. Analicé rápidamente el tema, pero creo que cometimos un error".

Nada más paradigmático del alejamiento que empieza a percibirse entre esas fuerzas políticas que desde el 2003 se necesitaron mutuamente para consolidarse, unos a nivel nacional y otros en San Juan, que esta frase inesperada del todavía presidente de la Comisión de Minería del Senado de la Nación respecto a un veto que antes apoyó y ahora critica. Esa relación política parece empezar a volver a sus orígenes, tal como era a principios de este siglo cuando en el Senado Cristina Fernández no se llevaba bien con José Luis Gioja y hay quienes incluso aseguran que lo repelía. Y parece que con este nuevo escenario, el veto (mediante el decreto presidencial 1837/8) del 10 de noviembre del año pasado a la ley 26.418 –ley de protección de los glaciares, sancionada por unanimidad en el Congreso el 22 de octubre- ahora aparece, paradójicamente, criticado por quienes están sospechados -según el ex kirchnerista Miguel Bonasso- de haber participado activamente a favor de ese veto. Tanto Bonasso como la ex diputada Marta Maffei (impulsora de la ley) recordaron durante los últimos meses las reuniones posteriores a la ejecución del decreto 1837/8 -denominado por ellos como “veto Barrick Gold”- de la Presidenta y José Luis Gioja con altos funcionarios de esa multinacional (el fundador de la transnacional, Peter Munk y el actual presidente, Aaron Regent), marcando una probable “connivencia” entre los dos sectores.

Cambio en el discurso

El punto de inflexión que los Gioja parecen considerar para recuperar parte del electorado perdido y diferenciarse de los Kirchner tiene que ver con un cambio paulatino en el discurso respecto a la minería a cielo abierto. César Gioja destacó, en la entrevista en la que eligió como escenario para plantar este giro político, que cree “que en minería hay que replantear las retenciones y las regalías, que forman parte del negocio en su conjunto”. Además de considerar, apuntando al accionar de Jorge Mayoral, secretario de Minería de la Nación (otro que suena como candidato a gobernador), que "hay un divorcio entre la sociedad y la minería que debe solucionarse y que tiene que ver con la falta de información hacia la gente". “Tocar” a Mayoral es prácticamente tirarle una pedrada, en el tema minero, a la ventana del patio de los Kirchner. Puede ser una señal. Criticar el mal manejo comunicacional que llega desde Nación referido a la minería en la provincia y también endilgarle parte de ese problema a la empresa es un intento claro de aspirar a sacarse de encima ese lastre negativo.

En ese sentido, el tercer Gioja, Juan Carlos, diputado nacional (integrante además de la Comisión de Minería de la Cámara baja) –según algunas versiones periodísticas- en un golpe un poco más significativo, le habría pedido al ministro Julio De Vido el desplazamiento de Mayoral en su cargo. Aunque hoy salió en Diario Huarpe una aclaración de J.C. Gioja en la que desmentía esos dichos, más allá que la sospecha ya se había sembrado y Mayoral no tardó en reaccionar. A estos dos ataques en una semana, el secretario de Minería salió el martes 14 con una defensa sutil pero dura. Dio a entender, por ejemplo, que respecto al veto a la ley de glaciares los legisladores sanjuaninos de ese sector no habían revisado bien el proyecto y que él tuvo que realizar un veto técnico para la posterior ejecución del decreto por parte de la Presidenta, mostrándose a favor de ese veto pero, a la vez, reconociendo el costo político que tiene para el gobierno nacional.

Mientras eso pasa, el Gobernador hace silencio, casi como dejando lugar para la especulación de pensar que lo que acontece es una estrategia suya: dejar que sus aliados más próximos, que además son sus hermanos, sean sus mensajeros para darle a conocer a los Kirchner cuál es su nueva postura adoptada después del 28 de junio. Sin embargo, José Luis Gioja, dentro de ese silencio mediático parece no perder tiempo y, según algunas versiones periodísticas, ya estaría empezando a tejer sus alianzas para intentar llegar a la Casa Rosada dentro de dos años, dejando de lado al matrimonio presidencial.

¿Un episodio más explícito de cómo se teje ese camino?: el viernes 17 de julio una columna periodística de Diario Clarín firmada por Julio Blank destacaba que José Luis Gioja mantiene reuniones con Eduardo Duhalde (que vuelve al ruedo, furioso con el “Pingüino” que lo dejó de lado tras servirse de su caudal político para llegar a la presidencia en el 2003). Duhalde -según Blank- le recomendó tanto a José Luis Gioja como al gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, que tengan “prudencia con Cristina y nada de piedad con Kirchner”.

Entonces, ¿qué se esconde detrás de la renuncia de César Gioja a la presidencia de la Comisión de Minería en el Senado? Y, más aún, ¿qué es lo que el giojismo busca construir a partir de los mensajes aquí señalados y los primeros visos de enfrentamiento con la Nación, que tienen que ver con la imagen de la minería en la provincia? No es muy difícil de entender: todo parece formar parte de un entramado minucioso y paulatino para intentar colocar a un Gioja presidenciable (José Luis) bien posicionado y a otro Gioja (César) con chances de llegar a la Casa de Gobierno de la provincia. El propio César Gioja (tantas veces señalado como el estratega de las políticas gubernamentales de su hermano José Luis) fue el vocero de ese click pos electoral que hubo a fines de junio y es quien apunta directamente a los Kirchner y dice: "El proyecto kirchnerista tiene vigencia, pero hay que cambiar la forma de ejecutarlo, sin autoritarismo ni soberbia". Un giro político producto de una coyuntura que tras los cuestionamientos nacionales a la explotación minera en la provincia devino en un intento de lavado de cara para los Gioja. Mensajes claros de una carrera que ya se lanzó y no para hasta el 2011.



Pablo Zama.

miércoles, 15 de julio de 2009

Luis Tonelotto:




“VUELVO POR LA GLORIA”



El ídolo del ascenso a Primera en el 2007 volvió a San Martín y ya piensa en el debut y en el grito de la hinchada. Promete goles. El leiv motiv del gol agónico a Huracán en la final. “En San Juan soy feliz”, dice. El hombre que, afuera de la cancha, tiene como hobby pescar, lee a García Márquez y disfruta de sus hijos. La imagen de su madre, fallecida, siempre presente en cada partido. Un hincha le dijo que le puso “Luis” a su bebé en agradecimiento por cumplirle el sueño.



Más allá que el delantero que más aprecia la popular verdinegra repita que no quiere “vivir del recuerdo”, queda, sin embargo, en la memoria de los hinchas el estallido y la locura efímera de aquel sábado 16 de junio de 2007. Queda el instante sagrado para los hinchas de San Martín en ese minuto 53 de la segunda etapa, casi inalcanzable, en el que un delantero giraba, casi suspendido en el aire, y gestaba el alarido final, de cara a la epopeya más grande de la historia del club de Concepción, empujando la pelota hacia un grito inacabable. Llega ese recuerdo de la tarde que se hizo noche en los festejos, ese día frío y con nubarrones espesos en el que el milagro futbolístico fue posible. San Martín batió a Huracán en San Juan y llegó a Primera, con la jugada agónica de Luis Tonelotto que después de marcar uno de los goles más felices de su vida salió corriendo hacia el banco de suplentes gritando y llorando como nunca, mientras los hinchas también se deshacían en alaridos y lágrimas, invadiendo el campo de juego. Un flash, una foto que quedó patente en las retinas de los simpatizantes verdinegros. Tonelotto está de vuelta, tras un año de ausencia, y promete un campeonato a puro gol. Dice que viene “más por la gloria”, que “la plata llega después”. Los hinchas están expectantes. Pero también hay otra historia, otra faceta de ese Tonelotto goleador, y es la del hombre común que tiene su familia y los recuerdos de la niñez a dos cuadras del club de sus amores: Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay (adonde sueña con terminar su carrera, porque se declara hincha fanático), en Entre Ríos. Sus lecturas, en los ratos libres, de García Márquez. El dolor, clavado como puñal en el alma, por la muerte de su madre hace algunos años, a quien le dedica siempre sus goles. Y, por sobre todo, la felicidad que le da ver jugar a sus hijos: Lucas y Renata (nació al día siguiente del gol de la victoria de Luis a Estudiantes en San Juan).


El hombre que hizo explotar a un estadio Hilario Sánchez colmado está de regreso en casa. Saluda a todos. Se detiene a hacer chistes en la utilería del club. Les da aliento a los jugadores más jóvenes. De a ratos, en el entrenamiento, levanta tenuemente la mirada para percibir la admiración de los hinchas, que lo miran, y que, acaso, le piden en los suburbios de los recuerdos que el barco gire en la misma dirección que en esa tarde de nubarrones espesos, y que el milagro vuelva a suceder. Tonelotto se acerca al micrófono del periodista y ante la pregunta, no titubea: “Sí, en San Juan y en San Martín soy feliz”. Atrás de eso hay recuerdos inmejorables como justamente ese sábado del ascenso en el que después del partido era llevado en andas por toda la cancha, empezando a transitar el camino de ídolo, y él lloraba a más no poder. En medio de esa música indescriptible, del deliro desmesurado, lacónico, fervoroso, el hombre de Concepción del Uruguay levantaba la mano derecha y con el dedo índice señalaba al cielo, en agradecimiento a su madre, que se fue en otra tarde de fútbol cuando él vestía la camiseta de Almagro y estaba por salir a la cancha para jugar frente a Instituto de Córdoba. Era su agradecimiento acostumbrado en las glorias más populares de su profesión (con varios ascensos a sus espaldas), pero también más íntimas, cómo él solo puede sentirlo.


Luis Francisco Tonelotto atendió el celular otra vez. Era Jorge Miadosqui (vicepresidente de San Martín) para conocer su situación en Independiente de Mendoza. Tonegol dio a entender que quería retornar. Tiraron cifras, y quedaron en cerrar la contratación. “Tanto los dirigentes como yo hicimos un esfuerzo en lo económico”, cuenta a la salida de los camarines el delantero. El “Pilo”, como le dicen en su ciudad natal, llegó a Concepción y lo primero que hizo fue saludar a los utileros, para después fundirse en un abrazo con los dirigentes verdinegros. Ahí viene otra imagen del ascenso, en los vestuarios, con Tonelotto casi en paños menores tras el festejo, abrazando al por entonces presidente Miadosqui: “¡Gracias Jorge, muchas gracias por todo esto!”. En ese momento, la leyenda se iniciaba.


Promesa de gol


Ahora, en otra etapa, con la cara llena de ilusión, Luis dice: “La primera sensación cuando llego a San Juan es de felicidad porque el hincha me hace recordar ese buen momento que pasamos en el ascenso. Y uno también viene con responsabilidad, porque sé lo que va a significar para la gente, y para mí, el primer partido o cuando me vean adentro de la cancha”.


El clásico grito de la Popular Norte, que tiembla repleta, con ocho mil fanáticos en sus gradas, ya parece ser escuchada por Luis: “Tonelooo, Tonelooo…” Gritos que formaron parte de la acústica fundamental del paso de San Martín por el círculo mayor de AFA, cuando los hinchas hacían colas interminables para entrar a ver a su equipo que había llegado a lo máximo. Y en este contexto, con todos los recuerdos acuestas, el romance que existe entre los hinchas de San Martín y Tonelotto llama la atención de los escépticos y levanta la mirada de los que jamás formaron parte de una hinchada. Luis cuenta una anécdota de su llegada a San Juan hace algunas semanas: “Algo que me asombró muchísimo fue cuando salí del hotel para venir a entrenar y un hombre de unos 35 años me mostró un bebé, me mostraba el DNI también, para decirme que le puso de nombre “Luis” por mí, por tener la suerte de empujar la pelota acá en el ascenso. Creo que esas cosas uno no las consigue con nada, no hay dinero, no hay nada para conseguir eso”. Y también hay otra anécdota que Tonelotto contó en el 2007 cuando disfrutaba de las mieles de jugar en Primera con el Verdinegro. En ese momento, el goleador recordaba con sorpresa: “Hace poco se me cruzó un auto por adelante. Yo iba en mi auto y creí que me iban a robar, me asusté. Pero era un hincha que quería que le firme un autógrafo”.


-¿Cómo te imaginás el primer partido como local?

Sobre todo cuando me toque estar, me lo imagino con gol. Yo sé que el hincha de San Martín no espera otra cosa de Tonelotto. Entonces espero estar a la altura de las circunstancias, me voy a preparar para eso. Por eso digo: cuando esté adentro tengo que estar diez puntos.


En la fecha número 36 de la temporada pasada San Martín recibía a Independiente Rivadavia de Mendoza. Ese día, el hombre que guarda como tesoro una camiseta de Luis Figo (se la cambió cuando enfrentó al Real Madrid cuando él era delantero del Murcia español) entró a la cancha como rival de San Martín y la hinchada local lo ovacionó. En el segundo tiempo, el técnico Fernando Teté Quiroz (ex DT del ascenso del club de Concepción) hizo un cambio y sacó a Tonegol, ahí nomás la hinchada de San Martín explotó en cánticos dirigidos hacia el 9 que le marcó goles a San Lorenzo, Argentinos Juniors, Independiente, Estudiantes, Vélez, Rosario Central, entre otras camisetas.


-Se te vio muy contento con el recibimiento de la gente cuando viniste a jugar con Independiente de Mendoza, ¿en ese momento qué fue lo que más te impactó?

Me entró un cosquilleo en todo el cuerpo. Uno ya esperaba eso del hincha, porque sé que es agradecido. Pero que te lo demuestre en el hotel, antes de llegar a la cancha, fue muy bueno. Y después que te lo demuestre en el partido para mí es especial y ojalá que todo ese cariño que me tienen yo se los pueda retribuir con otra felicidad.

-¿Eso fue fundamental para la decisión de volver?

Sí, la ovación, el aplauso de los hinchas pesó muchísimo en la balanza cuando tuve que tomar una decisión. También el apoyo de los dirigentes creo que influyó mucho y sobre todo que el técnico –Enrique Hrabina- me haya pedido. Sin ninguna duda que el afecto del hincha inclinó la balanza para San Martín.


El hombre detrás del fútbol


“En San Juan soy feliz. Soy feliz en el día a día, soy feliz cuando entreno, cuando voy a la cancha”, expresa un Tonelotto que empieza a meterse en el terreno afectivo más allá del fútbol.


-¿Cuáles son las cosas que extrañabas de la provincia y que ahora las volviste a encontrar?

Lo cotidiano es el cariño de la gente en la calle y que mi familia vive feliz y tranquila. Mis hijos en San Juan pueden ir al colegio con tranquilidad. La seguridad para mí es importante. Después, sin ninguna duda, la juntada con amigos, con mi familia, después de un partido. Esas cosas las extrañé y no las he tenido ni cuando estuve en Buenos Aires ni cuando estuve en Europa o en Mendoza. Esas cosas se extrañan muchísimo y yo las encuentro acá en San Juan.

-Personalmente, fuera del fútbol, ¿qué te gusta hacer?

Hoy por hoy me dedico un poco más a mis hijos. Que los chicos salgan a andar en bicicleta y poder verlos disfrutar en el parque es importante. Después, me sigue gustando leer. Creo que para un jugador es básico leer, porque toda la presión del fútbol me la saco con un libro.

-¿Qué libros leés?

Me gusta mucho García Márquez, sobre todo si son relatos verídicos.

-¿Volvés cada tanto a Concepción del Uruguay, te encontrás con tu gente?

Sí, Concepción del Uruguay es mi casa, está mi familia, mis hermanos. Volví ahora antes de venir para acá, a recargar las pilas haciendo lo que más me gusta: pescar. Creo que pescar es lo que más disfruto, lo que me aísla totalmente del fútbol y es la pila que me cargo para empezar el campeonato.

-¿La gente de Entre Ríos sigue tu carrera a la distancia?

Sí, eso pasa: me van siguiendo la carrera y me están esperando a la vuelta. Ellos saben que voy a mi casa. Lo que pasa es que yo de Concepción del Uruguay me fui a los 15 años. O sea, hace 18 años que me fui, pero cada seis meses vuelvo siempre. La gente ahí me tiene mucho respeto y sabe que en Gimnasia de Entre Ríos tengo las puertas abiertas para cuando quiera terminar mi carrera.

-¿Además de dedicarle los goles señalando al cielo, también pensás en tu mamá cuando tomás decisiones importantes en el fútbol?

Sí, mi madre me ha acompañado en los últimos cuatro o cinco años. Siempre me ha guiado y me va a seguir guiando. Yo no tengo ninguna duda que las decisiones que tomo son compartidas con ella y hasta ahora no me he equivocado y ojalá que siga sin equivocarme.


Lo que viene


Tonelotto no piensa en otra cosa que en el ascenso y eso para él “es la única meta del club” hoy. Dice que llegó a San Juan “para poner a San Martín entre los primeros ocho” equipos que van a pelear por algún lugar en la A. Para eso dejó en claro que “las cosas importantes se pelean desde adentro del vestuario” porque “los ascensos se empiezan a armar desde el grupo”.


-¿Cómo te imaginás a este San Martín?

Me imagino a un San Martín dinámico y agresivo, porque es lo que le gusta al técnico. Pero sobre todo creo que tenemos que ser inteligentes. Tenemos que saber que si afuera no se puede ganar hay que traerse un punto y tenemos que ganar de local como sea. Pero me imagino sobre todo a un San Martín con mucha actitud. Aquí no van a encontrar a un San Martín tibio. El que nos gane va a tener que correr mucho más que nosotros.

-La apuesta es grande, porque llegaste a decir que si no metés a San Martín entre los primeros ocho dejás el fútbol…

(Risas) No, lo que quise aclarar es que si no meto a San Martín entre los ocho sé que se me acabó la etapa en el club, eso es obvio y yo me hago cargo de lo que dije. Por eso digo que, y sobre todo por cómo se está armando el equipo, sin ninguna duda el hincha tiene que saber que lo vamos a conseguir.


La mañana fresca pero soleada en “El Pueblo Viejo” se acerca hacia el mediodía tras el entrenamiento del equipo que se va armando para afrontar la temporada 2009-2010 de la B Nacional, con renovados sueños de Primera. Antes de retirarse en su auto, Tonelotto destaca que no se siente un ídolo del club sino un jugador querido y respetado. También habla por enésima vez en estos dos últimos años, ante la pregunta, sobre el gol del ascenso: “Es una imagen que más que nada me la hacen recordar. Yo la intento ya dejar en el pasado, porque es pasado. Por eso digo que vengo acá y me juego muchísimo porque el hincha se queda con ese momento. Entonces dije que vuelvo más por la gloria y después, detrás de la gloria, llega el dinero”.


La imagen de Luis Tonelotto deshaciendo su garganta tras la media vuelta en el área chica ante el pifie de Paolo Goltz, y su posterior estallido en la red, es un cuadro que perdura y se respira en el Hilario Sánchez Rodríguez. Las expectativas están. El inicio del camino es el 8 de agosto. Y, por ahora, el 9 de San Martín termina con un disparo al arco: “Vuelvo con muchas pilas, con muchas ganas de demostrar que estoy vivo, que tengo hambre de gloria, que tengo ganas”.



Pablo Zama.