martes, 29 de julio de 2008

Sinrostro



En el piso derruido por el paso de los días, el frío y los avatares de la miseria; en ese piso impune se ve su reflejo. Despeinado, huraño, espejo de una minoría. Algo, en esa polvareda, sin embargo, se levanta.



la música es corrupta

falla la melodía cuando

al mandamás le conviene

y hay un lugar

en medio de la soledad

en donde

el frío

no se nota



El recorrido es siniestro, aunque el acostumbramiento hace que la pérdida de la dignidad no lacere más, por lo menos en la superficie. A las 4 AM una campera rota va sobre sus hombros. La basura en el mismo baldío es distinta. El carro se empieza a llenar. Los perros de todos los días son el escollo habitual y los viejos cirujas, sus amigos en la desidia.



ya no hay tiempo para el miedo

en las vías

con la masacre de su futuro

va una estampita

un recuerdo nefasto

de cuando pensaba

en que la humanidad era humana

un auxilio apócrifo



Hay frío. Hay bronca acumulada. Tiembla un cuerpo en una esquina. El mundo se le ha vuelto visceral. Los cartones le pesan en la mirada. Está despeinado, sucio, vacío, pero es lícito para él despojarse de sí mismo, porque nadie lo ve. Y es desde que se considera sólo un número, cuando decidió borrar su risa, que ya no llama a su pasado. Al menos imita un disfraz social cuando sonríe sin querer hacerlo al momento en que los demás le sonríen sin querer hacerlo.



en el juego

los protagonistas son otros

y el resentimiento lo escupe

en medio de la noche

entre las basuras

estigmas de lo que aprendió

la soledad insana

el juego de su vida



Desde la vidriera, del lado de los sinrostro, ve pasar cada capítulo, ajeno a la situación. Detrás de los cristales la perspectiva es extraña. Pero, después, el paso efímero de las fugaces instantáneas somete otra vez el futuro. Despierta a las 4 AM y maldice ese despertar. Sale a la calle con la campera rota que lleva sobre sus hombros. Y mira con desprecio a los hombres de un mejor vivir. Pero no llora.



tiene una marca, un sello

como la espina

que se le clava en el alma

de ser un número menos

después de aquella terrible tarde

mientras el paso del tiempo

se torna irremisible

porque desprecia al sol

cuando se acuerda

de la violación a los dos años



No lee los diarios, que no hablan de los sinrostro, en esas líneas que se hacen llamar periodísticas. Frecuenta la oscuridad. El escruche como pasatiempo hace que se accione la adrenalina en la noche. Su ídolo es Messi, aunque los días le gatillen que no tiene ni para ir a la cancha de San Martín. Sube al colectivo sin pagar, conversa con el chofer y aprende a ser mirado como una nada. Le temen. Se baja en cualquier esquina y prende un paco para olvidarse de él mismo y de los sinrostro que lo acompañan en esa aventura.



alguna vez hubo sueños

algún día creyó ser libre

pero otra vez el murallón de la realidad

después de despertar de la hipnosis

lo espantó hacia el baldío

lo arrojó en el día a día

al mismo tiempo que

encendió otro fósforo

y volvió a soñar



Los zapatos desgastados cavilan por la cornisa. Pero sigue, como puede, caminando en una vida paralela, la que pudo haber sido, la de otros, esa que ahora desprecia. Se levantó a las 4 AM. Está despierto todavía, aunque prefiera la hipnosis permanente. El síndrome de abstinencia no dura nada, porque lo disipa, y el cadáver de otro porro cae sobre el piso derruido que es reflejo de su existencia. En la plaza hay papeles, folletos que hablan de las próximas elecciones. Entonces se alegra, porque volverá a sentir ese gustito fugaz de la dádiva. Le grita a una mina que va hacia la facultad. Saluda al policía que le muestra la sonrisa cómplice de los que han gastado las suelas caminando la calle. Grita en medio de la peatonal. Y se toma a las piñas con otro de los sinrostro, para decir: “Aquí estoy, todavía”.



Pablo Zama


jueves, 17 de julio de 2008

El fin de las retenciones móviles:




Decisión cobiana


Un pelotazo, al ángulo, en contra


Por Pablo Zama


El hombre se para frente a la pelota. Tiene ante su mirada al arquero de su propio equipo, pero lo puede doblegar de un estiletazo. En ese momento el celular suena, pero no lo atiende. El llamado puede llegar desde las esferas más altas de la dirigencia de su club, el pase le pertenece a la entidad, pero él está por hacer el gol. Siente que tiene que hacerlo, batir la red y festejar de cara a su hinchada. Decide patear, nervioso, preocupado. Pero patea y somete al arquero. Y sale de la cancha pensando en que lo que hizo es lo que debía hacer……


La decisión provocó el temblor de la cúspide y su propio movimiento estentóreo, el de su cuerpo, fue a dar contra el murallón de lo que, él creía, debía darse. Un segundo que pasará a la historia y, cómo dijo él: el tiempo lo juzgará. La historia dirá si la decisión fue la acertada. Pero, más allá de eso quedó claro que la democracia ejerció su lugar en una Argentina devastada por gobiernos nefastos. En un gobierno presidencialista decidió el Senado, pero más allá de eso decidió el voto de un vicepresidente. Y, encima, el voto del vicepresidente fue en contra de lo que el mando del poder ejecutivo (ese poder ejecutivo que él integra) había tomado como postura. ¿Heroico?, sí, puede ser. ¿Histórico?, seguro. ¿Decisión idealista?, no sé.


Desde el momento en que la palabra salía de su boca había algo más torturándole el pensamiento. Esas disyuntivas que el destino tiene reservado para el camino de cada político. Eligió optar por la decisión pensada en la soledad del poder o eligió tener la chance futura de acceder al poder en soledad (en alguna elección posterior), el tiempo dirá. Pateó el penal, rompió la red y el estadio se dividió, como ya estaba, entre bandos. Fue insultado, tratado de los más bajo por algunos, por eso que a su vez relucía en su frente como lo contrario de lo que decían sus adeptos recientes (el campo y compañía).


Cobos ya había reunido a los gobernadores (una reunión de poca concurrencia por causa del reto presidencial) para intentar, según él, resolver el problema con el campo. Fue la primera señal de separación ideológica y metodológica en el gobierno de los Kirchner. Ahora, con todo el Senado expectante, a las cuatro de la mañana, tomó el micrófono y, temblando, tiró: “mi voto no es positivo, mi voto es en contra”. Un mitin de reos de sus causas quedó perplejo. El golpe fue por demás duro para los Kirchner. Y lo que se intenta entender por estas horas, que son muy convulsionadas en la intimidad del gobierno nacional, es el porqué de la decisión desencadenante en el peor abollón que recibió Cristina en su gobierno. La posibilidad de la construcción de poder aparte, por el lado de Cobos, puede ser una de las metas. Aunque el mendocino también habló de sus convicciones (tiene como antecedente haber dejado su partido político para sumarse a la concertación con el kirchnerismo). Hay contradicciones que, en fin, son propias, generalmente, del poder. Aunque esta vez Cobos salió mejor parado, el tiempo lo juzgará y ese mismo tiempo podrá decirnos si en ese instante demoledor de la 125 el vicepresidente votó por convicción o por interés.


Ahora, convertido en un escollo complicado de sacarse de encima para los Kirchner (que lo sufren adentro de la propia casa presidencial) la familia ejecutiva no se llevará muy bien. De las posibilidades diplomáticas (que revisten siempre falsedades compartidas para sostenerse) dependerá el gobierno de Cristina. Un gobierno que recibió su golpe más duro y que, sumado a la caída de la imagen de la presidenta y su esposo, el abismo está en este momento muy cerca. Remontar el barco es cada vez más difícil para los Kirchner que se encuentran zambullidos en una soledad peligrosa para sus ambiciones. Un gobierno mal mirado a nivel internacional, producto de ofensivas demasiado frontales y de no poder solucionar un conflicto interno que llegó a los 126 días, perdiendo finalmente la pulseada en el Congreso, hace agua y la inmunidad popular se le agota.


Lo que empezó Néstor Kirchner en el 2003 con sus salidas frontales, tratando de despojarse de la obligación de mostrar signos diplomáticos a nivel nacional e internacional hoy termina por tenderle la encerrona más grande de su vida política en el gobierno de su mujer, que está más cerca del apellido Kirchner que de Fernández.


Cobos aclaró que no piensa en renunciar y la tensión en la Casa Rosada sube. El cuyano rompió, deshizo, la costumbre del plano humilde, del bajo perfil, de un vicepresidente (ese mismo perfil que prefirió dejar atrás en una oportunidad Daniel Scioli y fue castigado cuando el presidente era Néstor). El protagonismo de Julio Cleto Cobos será, de ahora en más, uno de los escollos más complicados que se le hayan cruzado en el camino a Cristina.


El precio por no llegar a un arreglo, por no acordar con el campo, esos 126 días en ascuas, le pasa su factura a Cristina. Y en ese contexto, la mirada del matrimonio Kirchner vio sorprendida cómo muchos justicialistas votaron en contra de la ley de retenciones. El ex presidente (ahora jefe del PJ) fue muy duro poco tiempo atrás con sus correligionarios que no eran adeptos con su línea política. Hoy las palabras fueron un boomerang que estalló en un golpe durísimo en el Senado de la Nación.


Volcó el auto de los Kirchner y la familia pejotista está por demás separada como para poder aportar su grano de arena para levantarlo. La oposición se visualiza en los agrarios. Hay un dirigente que cobró fama e influencia en alguna parte de la sociedad: se llama Alfredo De Angelis. La gente, por lo menos la mayoría, tiene en su memoria haber escuchado a Guillermo Moreno hablar demasiado en un INDEC cada vez menos creíble. La gente se acuerda ahora de los matones que acompañan a Moreno en las movilizaciones pro-oficialistas. Los Kirchner están peleados con la Iglesia. El mundo los mira con recelo. Poco a poco salen a relucir los malos pasos dados en Santa Cruz cuando Néstor era gobernador. Un autoritarismo, a simple vista, incurable, inmanente en su ser. Y la pelea con Clarín le valió tener a los medios de comunicación como enemigos íntimos.


Ni el piquetero K Luis D’Elía se ve tan poderoso como para poder convencer, cual puntero político de prestigio, a los adeptos kirchneristas que no se les escapó, otra vez, la tortuga; ni el chofer Rudy Ulloa Igor tiene en sus manos esta vez la posibilidad de acallar a los medios y ponerlos al servicio de sus amos.


Presos de sus palabras, los Kirchner viven en una soledad apabullante el peor momento de sus carreras políticas y, encima, en la cúspide nacional. En esa relación extraña de este gobierno, en donde nunca hubo un binomio sino un trinomio presidencial (Cristina, Néstor y Cobos), uno de los invitados a la cama les fue infiel y esa relación estalló en un momento impensado.


El destino quiso que el pase gol, en el final de un partido importantísimo para el futuro, le quede al jugador menos esperado y apuntando hacia el arco de los Kirchner, que vieron, sin poder llegar a frenar el balón, cómo el derechazo radical se incrustaba en la red, movía los piolines y cambiaba la historia de un campeonato que ahora será muy difícil de remontar en lo inmediato.



Con este cimbronazo en el Senado, por más que el gobernador Gioja se muestre enojado por la participación de Cobos, se genera otra expectativa en el primer mandatario sanjuanino. Los Kirchner se habían olvidado políticamente de él y José Luis Gioja empezaba a disentir con el matrimonio. Pero ahora el escenario es otro y la expectativa del gobernador estará puesta en el hecho de que si los Kirchner están tan solos después del empellón cobiano, lo volverán a necesitar y el protagonismo puede llegar a ser otro en el futuro inmediato.


viernes, 4 de julio de 2008

José Martí:


Poesía y revolución


Fue un escritor inigualable en su estilo. Defendió a Cuba como nadie. Amó a los niños. Ejerció el periodismo como arma ideológica. Sintió el rigor desde chico. Trascendió en espacio y tiempo. Y murió cargado de gloria en la guerra que independizó a su país en el siglo XIX.


Por Pablo Zama


Se habla demasiado de los poetas sociales, de la poesía de la realidad. Se discute a garganta desecha sobre los distintos estilos literarios, se pena con ignorancia a los poetas urbanos. Se aceptan las palabras tradicionales y se pone en tela de juicio permanente a la literatura neorrealista, contraponiéndola con el surrealismo de André Bretón. Pero hay algo que no se discute en el plano poético, sino que, en todo caso, se aprecia desde la planicie política y se admira desde la cumbre del alma. Hombres como José Julián Martí Pérez quedan siempre en el recuerdo y en el respeto de las mayorías, como los hacedores de la palabra con sintaxis de sangre revolucionaria.


Martí nació hombre comprometido y se podría decir que su poesía fue nada más que una extensión a su temperamento social. Vio la vida un viernes 28 de enero de 1853 en la Habana. Por ese entonces en Cuba la dominación española era insuperable. Este poeta rebelde era hijo de Mariano Martí y Navarro, sargento primero del Real Cuerpo de Artillería, natural de Valencia, España. Por lo visto, la sangre de luchador ya venía desde la ascendencia. Pero la paradoja quiso que José peleara contra el país de su padre para defender su terruño.


Sin dudas, la isla más grande de las Antillas nació con el estigma de la dominación y la sublevación permanente por la opresión constante. Muy lejos del alma de la Cuba de Fidel Castro cuya práctica es tirana, Martí, que también admiraba los pensamientos de Marx, sentía unos deseos permanentes de luchar contra la opresión y entendía a la libertad como un fin que no debía alcanzarse si no fuera por la práctica de un entendimiento coherente: "Si la libertad de la tiranía es tremenda, la tiranía de la libertad repugna, estremece, espanta" (Martí, 1873).


En la piel de muchos de los escritores contemporáneos de Latinoamérica las letras están impregnadas de recuerdos hacia la patria, con inclinación segura hacia los problemas que aquejan a dichos pueblos. Más allá de esto, Martí también se daba un respiro para disfrutar de la vida en familia y los versos que le escribió a su hijo, expresados en su libro Ismaelillo, quedaron como una celebridad obligada en cualquier cátedra de literatura hispano parlante. Algunas de las pinturas que estos escapes literarios generaron fueron momentos como: ¡Tú flotas sobre todo, / Hijo del alma! / De la revuelta noche / Las oleadas, / En mi seno desnudo / Déjante al alba; / Y del día la espuma / Turbia y amarga, / De la noche revuelta / Te echa en las aguas.


Niñez y adolescencia, dos momentos clave. En uno de los libros de cuentos infantiles de José Martí se puede leer una introducción confensional sin firma que habla sobre una niñez difícil: "José se despertaba temprano para llegar al colegio del poeta Rafael María Mendive -quien fuera su maestro en la poesía y en la vida- donde olvidaba por un rato lo pobres que eran en casa y los gritos que pegaba su padre cuando lo pescaba escribiendo en lugar de estar trabajando la tierra". Por otra parte, el escritor Luis Franco saca a la luz la crueldad con que era tratado Martí durante sus días de insipiencia. "El padre de Martí era militar, ignorante y español en colonia española, lo que casi es como decir que era alguien obligatoria y políticamente duro. Castigó policialmente a su hijo, alguna vez hasta lastimarlo. A través de ese padre -que en el fondo era un buen hombre- hablaba la brutalidad medieval y cristianísima de España". El mismo Martí admitió: "Yo crecí entre golpes". En esos momentos de reminiscencias seguro recordó el momento de arribo a la cárcel el 21 de octubre de 1869, con sólo 17 años. Llegó allí después de haber sido acusado de infidencia, ya que la noche del 4 de octubre, en primera instancia, un grupo de voluntarios de las fuerzas armadas lo acusan a él y a cinco amigos de "haberse burlado de ellos". Después, quienes lo habían aprehendido utilizan una carta redactada por Martí y un compañero donde existe un agravio hacia un voluntario, tildándolo de apóstata por alistarse de oficial español y pelear contra su patria. En 1870 era condenado a seis años de presidio político, viendo la libertad ese mismo año por salir bajo indulto, y el 15 de enero de 1871 es deportado hacia España. Luis Franco escribió: "La cárcel lo satura de horror, de amor y de amargura como el mar satura a la esponja. Pero no lo ahoga. Sobrenada, sobrevive, infinitamente enriquecido, es decir, profundizado en claridad y fervor" (…) "Su amor sale mejor armado que nunca para el combate liberador".


En ese inicio de vida en la represión y la dejadez, sin embargo, logra escribir el optimismo dentro de una nebulosa sin color: "si quieren que de este mundo / lleve una memoria grata, / llevaré, padre profundo, / tu cabellera de plata". Más allá de todo lo padecido en sus etapas de formación personal, José Martí en vez de recluirse en su mundo decidió salir a luchar por él y por sus compatriotas. Y aquellos malos recuerdos pareció borrarlos de su memoria para hacer renacer un amor inconfundible hacia su hijo, que no debía padecer lo que él sufrió cuando chico. Así, escribió: "Ebrio él de gozo, / De gozo yo ebrio, / Me espoleaba / Mi caballero: / ¡Qué suave espuela / Sus dos pies frescos!; / ¡Cómo reía / Mi jinetuelo!".


La acción por sobre todo. "Otros hombres famosos, todo palabra y hoja, se evaporan. Quedan los hombres de acto, sobre todo los de actos de amor. El acto es la dignidad de la grandeza". Martí no podía considerar el compromiso sin acto o, para una mejor expresión, no consideraba compromiso a la lucha de ideas llevadas sin acción. A propósito de esta tesis de vida Luis Franco expresa: "Martí no fue exactamente el tipo de héroe mimado por la tradición. Morir como un paladín es más fácil que vivir como un hombre. Él fue hombre total, que pareció haber hecho de lo sublime un menester de cada día". En la vida de los "poetas sociales" o "poetas comprometidos", tal cual se los etiqueta en ambientes tan competitivos como el literario, generalmente existen historias difíciles y de decisión política combativa (no se entienda esta palabra como práctica revolucionaria violenta exclusivamente). A falta de espacios de expresión o a sobra de censura represiva surgen corrientes literarias cuyos textos matizan la agresividad del momento con la hermosura del sonido poético. Quizá el pensamiento de Martí allá rozado la anarquía juvenil para luego encontrar un medio de expresión que, al igual que el chileno Pablo Neruda, sin proponérselo, lo elevara hacia la trascendencia de la que hoy goza. Pero más allá de la teoría se encuentra en este poeta la necesidad ineludible de llevar a la práctica el camino hacia la liberación de Cuba y (cómo él lo manifestó) de todos los sectores americanos sometidos hasta ese momento.


La poetisa Gabriela Mistral supo ver en Martí a un revolucionario producto del contexto difícil en el que este vivió y dejó sellado: "No olvidemos que este hombre es sobre todo un poeta; que puesto en el mundo en una hora de necesidades angustiosas, él aceptaría ser conductor de hombres, periodista y conferenciante, pero que si hubiese nacido en una Cuba adulta, sin urgencia de problemas, tal vez se hubiese quedado en hombre exclusivo de canto menor y mayor, de canto absoluto".


Por otro lado, la necesidad de cambio de vida estaba, pura y exclusivamente, entonada por Martí, según Franco, a la vida terrenal. Más allá de las denominaciones de el Maestro, el Apóstol, el Místico del deber, el Santo de América, o el Santo a Caballo, dice Luis Franco que la visión del poeta se encontraba puesta en la liberación del hombre en esta vida, sin pensar en la posibilidad o esperar la salvación eterna que promulga la religión católica. Tal es así, que el poeta Cubano expresó: "Morir, es volver de lo infinito a lo infinito". Mientras que la interpretación de Franco manifiesta que "lo infinito era para él la totalidad e inmortalidad de lo que vive" y dice que para Martí vivir no implicaba el camino hacia una verdadera vida después de la muerte. Si se adopta la visión de este último escritor sobre José Martí resulta un tanto más claro entender el porqué de su rebeldía y de su necesidad de realizarse y realizar la libertad persiguiendo el corto plazo. "Buscó el obispo de España / Pilares para su altar / En mi templo, en la montaña, / El álamo es el pilar".


Cabe entonces la necesidad de aclarar que Martí escribía con el objetivo y el sueño de llevar a la acción sus pensamientos y sus deseos más rebeldes. Y un medio para comenzar a actuar y para llegar a cumplir sus metas fueron para él los niños. Para ello, publicó una revista llamada La Edad de Oro y en sus cuentos intentaba mostrarles la verdad sobre el mundo a los más chicos, con la convicción de encontrar en ellos un mañana distinto. En el cuento La Muñeca Negra queda claro este concepto: "(…) con el retrato de un francés muy hermoso, que vino de Francia a pelear porque los hombres fueran libres, y el otro retrato del que inventó el pararrayos, con la cara del abuelo que tenía cuando pasó el mar para pedir a los reyes de Europa que lo ayudaran a hacer libre la tierra...".


El clímax de la liberación, un sueño cumplido. "Sí le aviso -a España- que ser injusto es la necesidad de ser maldito" (José Martí). La revolución que sirvió para la independencia de Cuba tuvo lugar a fines del siglo XIX. Martí con su poesía, con su participación en distintos periódicos y con la puesta en acción permanente de sus ideales llegaba al punto culminante de su meta. Y por esos tiempos escribía: "Cuba quiere ser libre. Y como los pueblos de la América del Sur lo lograron de los gobiernos reaccionarios, y España la logró de los franceses, e Italia de Austria, y México de la ambición napoleónica, y los Estados Unidos de Inglaterra, y todos los pueblos la han logrado de sus opresores, Cuba, por ley de su voluntad irrevocable, por ley de necesidad histórica, ha de lograr su independencia". El poeta comandaba, en el año 1893, la organización de las fuerzas en el exterior y en ese contexto construyó un célebre lema: "Por Cuba y para Cuba". El fin no era solamente liberar a esta isla sino que también constituía la posibilidad, por parte del Partido Revolucionario Cubano, de auxilio a Puerto Rico. A través de una lucha de poderes entre España y Estados Unidos Cuba ve la posibilidad de sublevarse y en un número muy inferior de soldados al que poseían los europeos intentaba la liberación. El problema entre los norteamericanos y los colonizadores de Cuba surgió porque el país norteño deseaba la independencia de la isla para después tomar partido custodiándola y así lograr una fuerza americana con más poder frente al viejo continente.


En un artículo de opinión publicado el 15 de febrero de 1873 Martí apuntaba toda su artillería verbal hacia España y ya había olor a revolución: "No se infame la República española, no detenga su ideal triunfante, no asesine a sus hermanos, no vierta la sangre de sus hijos sobre sus otros hijos, no se oponga a la independencia de Cuba. Que la República de España sería entonces República de sin razón y de ignominia, y el Gobierno de la libertad sería esta vez Gobierno liberticida". Preparado ideológicamente el escenario libertario es cuando Martí, acompañado por sus compatriotas, lucha frente al ejército Español. Pero para el poeta no iba a llegar en vida a conocer la victoria. José Martí muere en el frente de lucha el 19 de mayo de 1895 en la batalla de Dos Ríos. Luis Franco explica que antes de su fallecimiento Martí ya se veía bastante deteriorado físicamente: "El Martí de esos días estaba ya transfigurado: la calvicie había hecho de su frente un calvario; la fiebre del cuerpo (la llaga inguinal del presidio y los pulmones rotos) y la fiebre del espíritu le iban robando en tal forma la carne que la faz estaba como esculpiéndose directamente en el hueso. En los ojos más hundidos que nunca, había un fulgor de visión y pasión tan inquietante, que la fugaz dulzura de la mirada apenas disimulaba un poco".


Pasada la muerte de Martí, el 1 de enero de 1899, y después de cuatro siglos, es arriada en Cuba la bandera española. Al poco tiempo, Cuba tendría su propio gobierno pero controlado desde Estados Unidos. Con respecto a esto, José Martí ya se había adelantado en el tiempo y dejaba dos pensamientos que a la postre reflejarían lo que Cuba fue desde un tiempo a esta parte. En principio el poeta manifestó: "No basta sacar a España de Cuba: tenemos que sacarla de nuestras costumbres". Para también adelantar: "Una revolución es necesaria todavía, la que no haga Presidente a su caudillo, la revolución contra las revoluciones, el levantamiento de todos los pueblos pacíficos, una sola vez soldados, para que ni ellos ni nadie vuelvan a serlo jamás".


En tiempos en que América y el mundo cierran su discurso para convertirse en una totalidad homogénea de pensamiento y acción. En esta actualidad en que el factor económico ruge en las espaldas de los pueblos más chicos y los somete hasta lo extremo. En estos momentos así y a 113 años de la desaparición de José Martí la poesía y las manifestaciones sociales no distan demasiado de aquella América colonizada. Por tanto, Martí como muchos otros luchadores nacen todo el tiempo y nos regalan, al menos con sus poemas, una brisa cálida de esperanzas y deseos realizables algún día. Tal vez por eso escribió: "Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y hablar sin hipocresía... Un hombre que oculta lo que piensa, no es un hombre honrado" (de José Martí para los niños de todos los tiempos en "La Edad de Oro").